Los planes estratégicos son la carta de navegación de toda empresa. Sin ellos no hay rumbo ni posibilidad de mantenerse en el mercado. De planes estratégicos hay muchos y variados, según las singularidades de cada empresa, el sector en el que opera, y la capacidad de sus directivos. Aunque hoy en día, en un mercado en continuo cambio y transformación, no hay plan estratégico válido si no incluye innovación de valor en sus productos o servicios para poder hacer de la empresa una organización comercial competitiva, es decir, sostenible económicamente en el tiempo.
Podemos clasificar los tipos de estrategia empresarial en dos grandes bloques, según su naturaleza:
- Estrategias que buscan diferenciarse mediante la lucha con sus competidores en la cacería de un grupo de consumidores comunes dentro de un nicho de mercado existente (seguidores de las tesis del profesor Porter de Harvard).
- Estrategias que buscan diferenciarse mediante la creación de un nuevo mercado y la generación y captura de una nueva demanda de consumidores (seguidores de las tesis del Blue Ocean de los profesores Chan y Mauborgne del Insead).
Tengo elaborada la estrategia de empresa, ¿cómo la llevo a cabo?
Lo realmente relevante no es tanto el tipo de estrategia empresarial por la que se opte (particularmente me decanto por la Blue Ocean), sino cómo ejecutarla una vez que la dirección de la empresa ha superado la fase de su diseño. Un reto que no solo encuentra los clásicos obstáculos organizacionales, sino que se enfrenta a una de las grandes asignaturas pendientes en la que la mayoría de empresas suspende: la alineación entre la estrategia empresarial y las competencias de sus trabajadores, cuya definición suele estar obsoleta frente a los nuevos retos del mercado. Un tema que no se puede considerar baladí cuando el 80% del valor de una empresa es intangible. Por eso las empresas, en un mercado donde la innovación ha dejado de ser una opción para ser una necesidad vital, necesitan de un instrumento de gestión interno como el Business Model of Talent, que les permita alinear la fuerza de su activo humano con los objetivos de la estrategia comercial definida.
El Business Model of Talent es un instrumento de gestión empresarial del talento para la innovación y la competitividad, que no solo alinea la fuerza del activo humano con la estrategia de la empresa, sino que dispone de parámetros de medición de resultados como son los indicadores de eficacia, eficiencia y productividad. Como talento entendemos conjunto de aptitudes, habilidades y conocimientos de un trabajador en relación a una responsabilidad concreta dentro de la cadena de valor de una empresa. Estos parámetros permiten realizar una auditoria continua para poder gestionar las acciones correctoras necesarias propias de toda dirección por objetivos marcada por una estrategia previa y definida.
Lo destacable del Business Model of Talent es su fácil y práctica aplicación al presentar los diferentes elementos y las interconexiones que operan en el modelo organizativo entre empresa y trabajador en una sola hoja, ofreciendo una visión global (helicopter view).
Previo a la realización de un Business Model of Talent necesitamos saber con qué perfil de activo humano disponemos en la plantilla de la empresa. En otras palabras, no podremos alinear la estrategia empresarial con competencias de los trabajadores si no sabemos qué tipo y volumen de talento tenemos en la empresa. Para ello el Business Model of Talent cuenta con un medidor del talento que consta de dos herramientas metodológicas: la rueda del talento y la curva del talento.
La rueda del talento analiza las capacidades y aptitudes que tiene un trabajador, con el objetivo de conocer las actividades potenciales que puede desarrollar de manera óptima mediante el uso de sus habilidades singulares. También nos define el perfil cognitivo y emocional del trabajador sobre el análisis de su grado y tipo de inteligencia múltiple, inteligencia emocional, actitud, vocación, creatividad, pensamiento computacional, liderazgo y engagement respecto a la empresa y a la responsabilidad que desempeña.
La curva del talento nos permite definir, a partir de la rueda del talento, qué competencias deben reforzarse por persona y perfil en cada uno de los departamentos claves de una empresa: dirección, recursos humanos, finanzas, marketing, ventas, internacional e innovación.
Sobre el autor
Jesús A. Mármol es consultor y formador en Desarrollo Competencial e Innovación en TALENTED I+D+I. También es el creador del Business Model of Talent, método recogido en el libro “Manual de Gestión del Talento para Empresas (Business Model of Talent)”.
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