Cómo ya hemos dicho en las entregas anteriores de esta serie de artículos, no existe ninguna fórmula mágica para medir el impacto de la formación, pero todo sistema de medición nos pueden ayudar a acercarnos a él, y a estar preparados para futuros proyectos formativos.
Ya exploramos el ROI basado en la productividad y satisfacción. En el artículo de hoy y para terminar la serie, veremos cómo podemos obtener el ROI del éxito de las formaciones y el ROI añadido de las actividades internas.
ROI de éxito de las formaciones
A continuación, te planteamos dos nuevos modelos para poder medir la utilidad de las formaciones con la mejora del talento y de las áreas de trabajo.
Impacto de la formación en las competencias. Realizar evaluaciones de competencias es un buen recurso que usan muchas empresas para medir el rendimiento de sus empleados a lo largo del año. Estos datos pueden ser útiles para observar la correlación con el impacto de las formaciones: podemos ver si el número de horas invertidas en formación de cada individuo afecta más o menos en su desempeño. Si el impacto es positivo, nos servirá como referencia del impacto de la formación.
El bonus y la formación. El bonus de una empresa debería ir relacionado con el cumplimiento de los objetivos del negocio que pueden ser potenciados a nivel individual a través de formaciones. Como los bonus se revisan anualmente podemos cruzar la inversión de formación de cada empleado con su grado de alcance de sus objetivos máximos.
ROI añadido de actividades internas
Las empresas más avanzadas, además de tener alguno de los dos indicadores anteriores, también se enfoca a poner en valor el impacto de la formación a través del ahorro del conocimiento interno y el desarrollo de proyectos concretos.
Ahorro de conocimiento interno. La formación realizada por los formadores internos supone un ahorro de costes fácil de calcular. Añadiendo el coste de las formaciones externas con el retorno de la formación de la empresa nos permitirá calcular el ahorro que nos supone la formación interna.
Proyectos concretos. La formación es un espacio excelente para conectar con nuevas ideas e iniciativas que en algunos casos pueden convertirse en nuevas líneas de negocio. Estas ideas son difíciles de evaluar si no se facturan, por eso es muy importante cerrar las formaciones orientándolas a iniciativas de negocio para ayudarnos a añadir elementos externos a la performance de los empleados.
Estos son los tres niveles del ROI ¿Por cuál empezarías?