Es 2045. La población en Marte comienza a crecer. Aquí, en la Tierra, nos desplazamos en vehículos autónomos que sobrevuelan nuestras ciudades. Hemos entendido de una vez por todas cómo funciona nuestro cuerpo y hemos comenzado a programarlo para acabar con las enfermedades, incluso con el envejecimiento. Hace años nos enfrentamos a la posibilidad de un futuro sin empleo. Afortunadamente, hemos avanzado de forma prometedora hacia la creación de un mundo de abundancia donde las necesidades más básicas de todos comienzan a ser cubiertas en cada rincón del planeta. Debemos continuar luchando, sin embargo, por reducir una desigualdad social que crece dramáticamente. Apoyamos nuestras decisiones en la inteligencia artificial y en la inteligencia colectiva, a través de la interconexión de nuestros neocórtex. Usamos nuestros pensamientos para controlar todo en nuestro entorno. Nos comunicamos ya usando nuestras mentes y entendemos más profundamente las emociones de aquellos a quienes amamos.
Este podría ser el contexto de la llegada de lo que muchos conocen como Singularidad Tecnológica, término que hace referencia a un hipotético acontecimiento futuro en el que el desarrollo de una inteligencia artificial general superará significativamente la suma total de la capacidad intelectual humana, y provocará cambios sociales imposibles de comprender o de predecir por ningún ser humano.
Germen para el nacimiento hace una década de Singularity University en Silicon Valley, y tema central del Foro Económico Mundial en los últimos años, nos encontramos al inicio de una nueva revolución que está cambiando la forma en la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad. Si la Primera Revolución Industrial vino de la mano de la invención de la máquina de vapor; la Segunda, gracias a la electrificación, el petróleo y la producción en cadena; la Tercera, gracias a la computación personal e internet; la Cuarta Revolución Industrial llega acelerada por las conocidas como tecnologías exponenciales, y desembocará en la Singularidad Tecnológica que cambiará fundamentalmente las reglas de nuestra economía y sociedad.
“La evolución de los valores sociales en el mundo conducirá al tejido de una nueva infraestructura socioeconómica que permita la creación de una moneda sustentada en el impacto positivo en la sociedad”.
Sin embargo, ¿nos estamos preparando? La eclosión de una inteligencia artificial general supondrá uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentemos como especie. Pero está aún en nuestras manos la posibilidad de que la situemos o no a nuestro servicio. Los límites entre lo físico, lo digital y lo biológico son cada vez más difusos, y las nuevas disciplinas del futuro nacerán de la combinación de estos campos. El aprendizaje continuo a lo largo de toda nuestra vida será esencial, y quizás podamos incrementar masivamente nuestra capacidad intelectual mediante la fusión de inteligencia artificial, y otras tecnologías exponenciales, con nuestra inteligencia humana. Pero, ¿y si el trabajo deja de tener sentido como hoy lo entendemos en un mundo futuro de abundancia? La renta básica universal transformaría de forma fundamental nuestra jerarquía de necesidades, y la búsqueda y desarrollo de nuestras pasiones podría ser la clave para dar de nuevo sentido a nuestra existencia como humanos. Tal vez la evolución de los valores sociales en el mundo conduzca al tejido de una nueva infraestructura socioeconómica que permita la creación de una moneda sustentada en los valores humanos, el bien por nuestros congéneres, y el impacto positivo en la sociedad.
Nos encontramos a los pies de un tsunami tecnológico que lo va a transformar todo. En los próximos diez años vamos a ser testigos de cambios más profundos que en los anteriores dos milenios. Sabemos que un retroceso rápido e inusual de la marea en el océano es señal inequívoca de la llegada de un posible tsunami. Y la velocidad de reacción ante esa alarma marca la diferencia entre la vida y la muerte.
SOBRE EL AUTOR
Isaac Castro es Co-fundador de Emerge en Silicon Vallay. Es uno de los emprendedores españoles más brillantes, con un currículum en el que destacan varias distinciones por su capacidad innovadora. Recibió en EmTech España 2013 el galardón que cada año otorga la revista Technology Review del MIT a los ´Innovadores menores de 35’, reconociéndole como uno de los 10 jóvenes españoles más innovadores del año.
EBOOK “THE FUTURE OF WORK”
Este artículo de Isaac Castro forma parte de un libro colaborativo de 30 autores con 30 puntos de vista sobre el futuro del trabajo. A lo largo de sus páginas se abordan cuestiones como ¿qué está pasando en el mundo y en las organizaciones?, ¿cuáles son las habilidades necesarias que las personas necesitan tener para desarrollarse ante el cambio laboral?, ¿podrán convivir la inteligencia artificial con la colectiva? Está en manos de todos definir este futuro. Una iniciativa conjunta de Impact Hub Madrid, Malt y Foxize.
Fotografía de Dominik Scythe en Unsplash