Mientras la vida pasa, en Bruselas se está decidiendo cómo será nuestro futuro, y francamente, no pinta bien. ¿A qué viene ese pesimismo? Se trata de la aprobación de la reforma de la Ley de Copyright en la Unión Europea.
Quizás te preguntes ¿si tan grave es, por qué no se habla más de ello? Desgraciadamente, la gente no es consciente que una directiva como ésta -aprobada en Bruselas- puede realmente cambiarle la vida, aunque no sea de forma inmediata. Además, no todos tienen el mismo interés en contar las cosas como son.
De qué va esto:
La Unión Europea aprueba la reforma de la Ley de Copyright, incluyendo los polémicos artículos 11 y 13. El Internet que conocemos está en peligro. Nuestros gobernantes que habían mantenido siempre una postura favorable a la libertad de expresión y a la protección de la privacidad, están empezando a cambiar de opinión con la votación y aprobación que tuvo lugar ayer miércoles 12 de septiembre en Bruselas.
Artículo 11 (uso digital de las publicaciones de prensa):
Se propone la implantación de una especie de tasa Google o Canon AEDE. Su intención es que los editores de publicaciones de prensa puedan gestionar sus derechos de autor, cobrando o no cierto importe a quienes les enlacen o les usen de fuente como pago por hacer uso de dicha información con derechos de autor. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que enlazar o citar se convertiría en un verdadero problema tanto en la práctica como en su gestión y sus consecuencias legales. De locos.
Artículo 13 (vigilancia de contenidos):
Aquí se obligaría a las plataformas de contenidos a monitorizar lo que los usuarios suben para comprobar si se violan o no los derechos de autor. Hablando claro, este artículo insta a las plataformas de contenidos como Twitter o Google, a implantar «técnicas efectivas de reconocimiento de contenidos”. Esto afecta a cualquier tipo de contenido y, en teoría, permitiría detectar violaciones de los derechos de autor. Delirante. Parece que las peores pesadillas de una distopía van concretándose (Surveillance Economy!). Sitios como la Wikipedia o GitHub que apuestan por la libre compartición de información y conocimiento, por ejemplo, estarían entre los afectados.
Tal como indicaron un grupo de relevantes expertos en una carta dirigida al italiano Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, este articulo 13 suponía «un paso sin precedentes hacia la transformación de internet de una plataforma abierta para compartir e innovar a una herramienta para la vigilancia automatizada y el control de sus usuarios.»
A quién favorece y por qué:
Los que defienden la reforma de la ley argumentan que se trata de una “modernización de estos derechos con el objetivo de incrementar la capacidad de elección y acceso a los contenidos, la mejora de la normativa sobre derechos de autor, y el refuerzo de un mercado más justo y sostenible para los creadores y la prensa”. La realidad es que solo interesa y beneficia a los grandes medios, discográficas y grandes productoras. Así podrán llevarse una parte del rendimiento que se están llevando las grandes plataformas tecnológicas, como YouTube o Facebook. En términos prácticos, parece más bien una cesión de competencias policiales y judiciales a los gigantes de la red (¿Os suena aquello de los monopolios digitales?) a cambio de dinero para aquellos antiguos conglomerados que siguen sin adaptarse a la realidad digital.
A quién perjudica:
A los creadores independientes, los pequeños servicios online (imposible competir contra los grandes), o para los propios usuarios de Internet, entre otros actores. Además, hay consenso entre la patronal tecnológica (AMETIC), expertos y activistas que esta directiva frenaría la innovación y propiciaría la salida de empresas de la Unión Europea, esencialmente, porque de facto obliga a implementar tecnologías de reconocimiento de contenido.
Por qué han votado así los eurodiputados:
Por presiones de la industria o por desconocimiento. O por ambas. Si queréis saber quién ha votado qué, lo podéis observar aquí.
Próximo capítulo:
El próximo enero de 2019 tendrá lugar una segunda votación y será necesaria la adaptación legislativa por parte de los 28 países miembro de la UE. En todo ese proceso es posible que los tribunales europeos terminasen impugnando esos dos artículos. Veremos.
Conclusión (de fondo):
Que no nos engañen. La necesidad de un internet abierto, neutral y libre tiene que ver con nuestra libertad y la democracia, algo absolutamente compatible con proteger los derechos de autor. Por desgracia, esto va más allá de internet. Se trata de construir una Europa de las personas y para las personas.
Continuará…
SOBRE EL AUTOR
Albert Garcia Pujadas es CEO y cofundador de Foxize. Es asimismo autor, junto con Aina Fernández Aragonès, del libro “Libres o vasallos. El dilema digital”. Puedes seguir sus artículos en su blog qtorb. En él habla de la evolución de la sociedad digital, la innovación y su impacto en el marketing y en la vida real.
Fotográfía de Andres Umana en Unsplash