Compaginar vida laboral y familiar es un enorme reto al que nos enfrentamos las mujeres. Si además queremos estar al día y seguir formándonos, parece una utopía. Hace catorce años que fui madre por primera vez, y nueve que lo fui por segunda. He trabajado en empresas grandes, medianas, he fundado un negocio tradicional y dos start-ups. Durante algún tiempo, he dejado de trabajar para dedicarme a la crianza de mis hijos. Soy una persona inquieta por naturaleza y me gusta mucho aprender.
A lo largo de mi vida, mi trayectoria profesional así como mis necesidades de formación se han ido adaptando a mis circunstancias familiares. En una de las empresas en la que trabajé, ya como mamá, tenía horarios muy rígidos, y pasaba largas jornadas fuera de casa. Lo que era difícil de compaginar con el cuidado de un bebé. Por eso, cuando nació Bruno (mi segundo hijo), decidí dejar mi trabajo para poder dedicarme a su crianza. Al cabo de un año fundé Xantala, una escuela de educación libre basada en el principio de no directividad, en la que podía acompañar a mi hijo en el proceso de construirse a sí mismo y donde podía verle crecer feliz.
El tener mi propio negocio me permitía compaginar mi vida profesional y laboral e imponer mi propio ritmo de trabajo. Aunque la verdad fue que mi bebé pasó a convertirse en mi cofounder y me acompañaba a cada una de las actividades de mi empresa. Aún recuerdo la cara de estupor del notario, el día de la firma de la constitución de la empresa, cuando nos presentamos mi socia, yo y nuestros respectivos cofounders de 10 y 18 meses…
Una vez acabada esta aventura, empecé a trabajar en una de las grandes aceleradoras de negocios tecnológicos de este país. Después del parón tecnológico al que me había sometido voluntariamente, tenía que ponerme al día. Decidí estudiar el clásico post-grado en una escuela de negocios. En ese momento valoré que sería interesante tener una titulación “oficial”. Craso error. Los horarios eran muy rígidos, y el estar al cargo de una familia exige ante todo flexibilidad. Además, si bien había contenidos (no demasiados) que encontré interesantes, los contenidos que me interesaban se trataron de una manera un tanto superficial. Lo mejor de la experiencia: los compañeros del curso.
En el último año he emprendido dos proyectos tecnológicos, sigo teniendo una familia y mi hijo pequeño aún a veces acude conmigo a las reuniones si no me queda más remedio. En cuanto a la formación siento que cada vez tengo más necesidades concretas. En este contexto, uno de mis socios de aventura emprendedora me comentó que había asistido a varias de las clases de Foxize School y desde entonces he asistido a 4 cursos.
Mi experiencia con Foxize ha sido muy positiva, me encanta poder marcar mi propio itinerario de estudios, y seleccionar los contenidos en los que quiero profundizar. Además tienen una funcionalidad muy interesante, que permite proponer el día y horario en el que te gustaría hacer un determinado curso si el horario no se ajusta a tu agenda. Creo que esta funcionalidad es ideal para las que somos madres, ya que escaparse en el clásico horario de 19 a 22 (el clímax de la logística familiar: baños y cenas) no siempre es fácil. Desde aquí quiero hacer una llamada a todas las mamás para que hagamos uso de este botón y propongamos nuevos horarios que sean más “children friendly”.
¡Y feliz Día a todas las mamás!
Marta Salsench es alumna de Foxize School. Puedes ver su perfil en LinkedIn.
4 Comments
Gracias por compartir tu reflexión conmigo 😉 , Me ha gustado mucho leerte y me anima a seguir estimulando mi curiosidad y ganas de aprender …
Keep going .
Hola Marta, me he sentido muy identificada con lo que comentas en el artículo.
También me sumo a la propuesta que haces de cursos Foxize en horario family-friendly.
Te sigo !
@annarevenga
Gracias Ana, a ver si nos encontramos en algún curso.
@annarevenga, gracias yo también te sigo! 😉 tienes un blog muy inspirador!
😉